miércoles, 17 de febrero de 2016

Un llamado a tu atención.


La continuidad de la vida, la preservación del género y del ser, eventualmente y sin previo aviso hace detonar cambios drásticos en nuestra estructura más afianzada, nuestra cotidianidad.
Estas detonaciones serán màs o menos fuertes segùn que intensidad de llamado de atención necesita nuestro conciente para despertar y poner su atención en las decisiones y acciones que debe llevar a cabo en orden de que nuestra vida continué. Ej. una enfermedad, un despido, una ruptura de una relación, un accidente, una crisis general, la pérdida de alguien o algo importante para nosotros.
Esto por inercia nos aventará fuera de nuestra realidad cotidiana y nos obligará a actuar en consecuencia. Nos obligará a hacer de un golpe los cambios necesarios en nuestra vida para iniciar a vivir en pro de nuestra integridad física, mental y espiritual.






Hay dos maneras de responder a estas detonaciones:
-Positivamente, agradecer, liberar el sentimiento que nos genera, aprender, aceptar, y tomar acción.
Al actuar abrimos el paso al flujo natural de la vida, que motivará , sostendrá y guiará nuestras acciones. No hay error, no hay sufrimiento. Hay aprendizaje y hay confianza.

-Negativamente, sufrir o enojarse y así generar situaciones cada vez más graves, densas y complicadas, en todos los planos.

Todo depende de nosotros y de lo que hay dentro de nosotros, que despuès de una detonaciòn se despierte una vìctima o un monstruo, o se despierte una mujer integra guiada y contenida por la continuidad de la vida, y por la fuerza y el amor que genera el devenir de la misma.

Cuando tu realidad detone, fluye y pon atenciòn  en hacia donde te conduce la detonaciòn, en que posiciòn te deja. 

Tomate un tiempo para acallar y aclarar tu mente, observa y escucha. 
Siente el dolor o la impresión que te provoca, y si es necesario llorar, llora hasta que ya no te queden lagrimas. Y ya vacía quédate en silencio, pide a tu intuiciòn hacerse presente y escucha lo que tiene que decirte.
La vida nos mueve y depende de como la vivamos nos moverá sutilmente y con amor, o de golpe y con dolor.


A partir de una detonación nada puede volver a ser como era antes. Pero lo que sucede después depende de nosotros. Todo puede terminar de destruirse hasta morir o todo puede regenerarse hasta renacer como un ser más fuerte, más sabio y más humilde.

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