Así como emanamos energía, también la absorbemos. El ciclo es recibir-transformar-regresar.
Hoy en día la mayoría de las veces, la energía que absorbemos es energía densa. Que además la portamos a casa y ahí encuentra alojo también. Todo lo que absorbemos afuera lo llevamos dentro a casa. Por eso los japoneses se quitan los zapatos en la puerta, para que lo que "se les pego" de la calle se quede afuera y no ensucie su casa.
Esa energía densa va adensando nuestra energía, nos va ensuciando. Y así también va adensando la energía de los espacios donde interactuamos y de nuestra casa. Y de no limpiarnos y deshacernos de la energía densa nos vamos adensando nosotros mismos y empezamos a sentirnos mal anímica y físicamente. Y lo que es más grave, generamos y liberamos energía densa al ambiente y a los demás seres.
Por eso es tan importante limpiarnos y aunque si de vez en cuando nos puede limpiar alguien más, es algo que tiene que hacer uno mismo y de manera conciente.
Debemos limpiarnos y limpiar nuestra casa constantemente, sobre todo en estos tiempos. Mínimo una vez a la semana.
Para limpiarnos nosotros hay diferentes maneras. Desde bañarte en la regadera y con tu intención pedirle al agua que se lleve todo lo que no te sirve, hasta sahumearte con copal o alguna planta aromática, o hasta darte un delicioso baño de agua con pétalos de rosas o con algunas sales.
O subir una montaña y pedirle que absorba lo que te daña, o bañarte en un rio o en el mar.
En el ambiente la energía densa se aloja en la suciedad y en el caos.
En la casa la suciedad se esconde en las orillas, atrás de los muebles, en los closets, etc..
Se va acumulando y generando manchas, puntos densos donde la energía no fluye. Por eso debemos limpiar toda la casa a conciencia, mover los muebles, sacudir, escombrar y deshacernos de lo que no usamos. Cuando limpiamos debemos hacerlo con la conciencia de estar limpiando la energía densa que se pudo haber acumulado. Limpiamos con energía y con gusto. Por cierto para limpiar la casa recomendamos usar detergentes biodegradables.
Para potencializar la limpieza también puedes sahumear con copal o algunas plantas aromáticas secas, como la salvia. También puedes poner cuarzos amatistas en ciertos puntos, que sientas más vulnerables.
Otra manera es tener diferentes plantas que brindan protección como la savila, la ruda, el romero entre otras, la savila por ejemplo es muy buena protección en la entrada.
También puedes poner en las esquinas, recipientes de vidrio con agua y sal de mar, o con limones partidos. Esta agua la tendrás que cambiar diario y tirarla a la tierra, pidiéndole que la absorba.
La manera más práctica que hay ahora es aromatizar nuestros espacios con las brisas ambientales elaboradas a base de plantas.
Esta limpieza la puedes extender a tu lugar de trabajo y a tu automóvil.
La casa es la prolongación de nuestra conciencia, es algo así como nuestro templo que nos refleja. Es donde descansamos, nos nutrimos, vivimos y convivimos. Es nuestro refugio y donde tenemos a nuestra familia. Es un lugar esencial en nuestro día a día.

Procúrate y genera espacios limpios, en orden, fluidos, sin tantos objetos, ventilados e iluminados con luz natural.
Te sentiras más ligera, más centrada y más enraizada. Y seguramente disfrutarás tanto tu espacio y tu persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.